Volvemos con las conferencias de Brandon Sanderson después de un tiempo. Esta vez nos toca estudiar la quinta conferencia de la serie del 2014.
Los personajes, cree Brandon, son la parte más importante en las historias de la mayoría de los géneros en los que escribimos. Hay géneros en los que los personajes son secundarios a la trama en una pequeña medida.
Hablamos de esta cosa rara antes, dice Brandon, en que nosotros leemos Fantasía porque nos gusta el World Building. Es lo que distingue nuestro género de los otros. Y aunque esto sea cierto, en la mayoría de los casos vamos a disfrutar a un libro con personajes increíbles pero una construcción de mundo débil. Sin embargo, si agarramos un libro con una buena construcción de mundo pero con personajes débiles, probablemente no disfrutemos tanto de él.
Es por esto que para siempre necesitamos buenos personajes que lleven la historia.
Brandon repasa lo que ya dijo antes con respecto a los personajes: según él, hay tres áreas donde trabajar el personaje para producir que la gente quiera leer acerca de él, sobre todo al principio de la historia.
Ellos pueden ser:
- Activos
- Competentes
- Queribles
Esto no es una ley, nos aclara; sólo es su forma de abstraer los conceptos que pueden ser tratados de otras formas por otros autores y también están en lo correcto. Es el método por el que él empezó a ver este tipo de cuestiones para tratar los personajes.
Construyendo simpatía
En un libro nosotros construimos simpatía, nos dice. Aunque al instante comenta que quizás el termino no es el más acertado porque podemos tener un personaje que no sea querible (es decir, simpático), pero que sea activo y competete y también sería convincente para nosotros. Nos encanta, dice, ver películas de villanos que son así.
La idea detrás de esto es que empaticemos de alguna forma con los personajes, sin importar si son buenos o malos.
Y aborda el tema del Viaje del héroe una vez más. ¿Por qué es tan interesante para los lectores algo así, como el Viaje del Héroe?
La idea del HÉROE
Generalmente, el corazón del viaje del héroe es que empieza con alguien QUERIBLE. No es activo al principio, ni competente; pero sí alguien que nos “cae bien”. Nos dice que si podemos mostrar una de las tres áreas del personaje ya en el primer capítulo, probablemente estemos bien.
Y pregunta en la clase qué película o historia recuerdan que haya empezado con alguien querible desde el principio:
- En “Wally”, dice uno. Brandon lo acepta, aunque con reticencias ya que para él también es un personaje competente desde el principio.
- En “El señor de los anillos”, dice otro. Brandon menciona primero a Frodo, pero hace mayor énfasis en Bilbo quien, en el Hobbit, ya vemos cuán querible él es. No es activo, no es competente, sino querible: “Bilbo es como nosotros”.
Ahora pregunta a quién recuerdan que haya pensado solamente como alguien activo, que sólo hace cosas:
- James Bond, dice uno. Aunque Brandon agrega que se muestra competente bastante rápido.
- Sherlock, del show de la BBC (y Brandon agrega que “él no es muy querible” ^_^).
- Ironman.
- Indiana Jones, agrega Brandon, es un muy buen ejemplo. Él se muestra haciendo cosas desde el principio de la primera película. No sabes si nos va a agradar, o si es competente… pero él guía el camino, usa el látigo, se muestra haciendo cosas. Y, llegando al final incluso de la primera escena, todavía no sabes bien qué tan competente es ^_^ (porque falla por completo, y el malo gana). Pero fue tan pero tan activo, que vos terminas por quererlo.
Personaje QUERIBLE
¿Cómo hacemos, entonces, nos pregunta Brandon, un personaje QUERIBLE? Junto a los alumnos enumeran ciertas características:
- Relacionabilidad (del inglés, relatability)
- Que el lector se sienta involucrado con el personaje.
- Tiene problemas cotidianos (incluso aunque el mundo sea otro).
- Las metas que tiene el personaje.
- Sus pasiones, algo que realmente quiera.
- Sus miedos.
- Que muestra ser amable.
- Lo contrario sería mostrarlo haciendo algo muy malo. Cuenta que en uno de los libros de Tad Williams, un villano mata a un cachorrito. Y es ahí cuando Brandon dice: “Uuhhh, ¡sos el malo!”, dijo ^_^. “Te odio”. Y lo odió realmente.
- Que muestra ser de confianza.
- Que tiene amigos que lo quieren.
- Esto es clave. Si lo mostras teniendo a alguien más que lo quiere, inmediatamente el lector inconscientemente asocia que para tener un amigo el personaje debe ser alguien querible.
¿Y para hacer un personaje ACTIVO?
Primero, para ver esto, hay que ver lo que se conoce como “El Problema del Villano”.
Esto es que el héroe tiene que esperar a que el villano haga algo malo contra él para que actúe en consecuencia. Y el problema que esto conlleva es que, si mostramos al villando haciendo muchas cosas, podemos terminar simpatizando más con el villano por el hecho que hace más que el héroe. Termina siendo el activo, y el héroe el que espera sentado a que el villano haga algo.
Nuestro trabajo como escritores, nos dice, es pensar dónde va a estar el foco de la activdad en lo que queremos contar. Puede darse el caso de que querramos contar acerca de lo genial que es un villano, pero tenemos que hacerlo intencionadamente.
En el caso del Viaje del héroe, el protagonistas no quiere ser el héroe. Está La Llamada Que Rechaza la Primera Vez. El héroe es REACIO.
¿Y por qué nos gustan los héroes reacios?
- Tiene que ver con sus miedos, con sus problemas cotidianos.
- Construye simpatía, por ser elegido para algo también.
- Después, mientras más hace, se siente mejor el progreso del personaje.
- Por alguna razón, dice, nos encantan los “underdog” (los personajes desvalidos).
Y entonces, pregunta: ¿qué es lo que nos gusta de los personajes activos?
- Las cosas se hacen.
- Ellos tienen control sobre la historia.
- Lo hacen menos aburrido, dan esa sensación de progreso de la historia.
- Si ellos logran algo (lo que aplica también al área de un personaje siendo competente), nos da la esperanza que nosotros también podemos hacerlo.
Detrás de leer y ver historias, nos dice Sanderson, está la teoría de que lo hacemos por esa sensación de realización de los deseos. Ver a alguien que puede hacer y lograr algo, nos da esa idea de que quizá nosotros también podemos hacerlo.
Una idea de porqué es tan poderoso el Viaje del héroe, es porque empieza con alguien que no tiene poder sobre su vida y termina teniendo poder absoluto sobre ella.
Vemos a alguien como nosotros que se convierte en alguien como nos gustaría ser.
Los personajes entonces tendrán algo que nosotros admiramos —y lo que nos gustaría poseer—, y algo que vamos a ver reflejado en nosotros mismos.
Cada personaje va a ser —o debería ser— una mezcla de estas cosas.
Por ejemplo, si un personaje no es querible pero cumple con el resto de las áreas —y de algún modo nos reconocemos en algunas de sus peculiaridades—, nos vamos a encontrar con un villano realmente aterrador.
¿Cómo me puedo asegurar de que el protagonista sea un personaje activo?
- La historia puede comenzar con el personaje haciendo algo increíble
- Que al principio, el personaje muestre algo que realmente quiera y lo haga.
Esto último tiene que ver con alrededor de lo qué son apasionados, nos dice Brandon. Y da un puntapié para una de las filosofías de Brandon a la hora de escribir personajes.
La filosofía empieza con una historia, una alrededor del primer libro que terminó.
Un libro que tenía un gran problema.
Lo que hace a un personaje real
Brandon había creado un muy decente personaje principal, pero todo el resto de los personajes alrededor de él eran de carton; sobre todo la protagonista femenina. Y se preguntó ¿por qué estoy escribiendo tan malos personajes? Personajes que no son ni dinámicos ni interesantes, se dijo. Y se dio cuenta que esto era porque escribía cada uno de estos otros personajes de acuerdo a su ROL.
¿Y qué tenía de diferente el protagonista? ¿qué funcionaba en él?
Por que poseía algo que los otros no, nos dice. El “Punto 4”: la “REALNESS” (algo así como Lo Que Lo Hace Real), lo que no es necesariamente una medida de simpatía.
La “REALNESS” es lo que va a hacer al lector involucrarse emocionalmente con el personaje, lo que hara que lo sientan como una persona de verdad. Es lo que va a inspirar la devoción del personaje mientras dure el libro.
¿Y esto como se consigue?
¡Sabiendo que el personaje tiene una vida, además del PLOT! Tiene cosas que le gusta hacer, tiene pasiones, familias, relaciones, hobbies. Esto tiene que ver con la idea del ICEBERG, mostrarle solo la punta de algo mucho más grande.
Darle la idea de que en realidad hay mucho detrás. Incluso si no se habla mucho en el libro, nosotros tenemos que saberlo.
Para que sea real, el personaje tiene que tener una vida. No ser sólo un rol a cumplir en la historia, ser una persona.
La construcción del personaje
Cuando construimos el personaje, tenemos que tener en cuenta estas áreas donde desarrollarlo:
- DEFECTOS
- PASIONES
- PECULIARIDADES
- PERICIAS
Nos tenemos que preguntar: ¿Cuáles son sus pasiones, además de la trama en sí? Porque si nuestro personaje sólo siente pasión por la trama, se puede convertir rápidamente en algo muy molesto para el lector.
Un famoso ejemplo para él de esto es un personaje puntual de la serie Lost. Resulta que era un personaje interesante hasta que de pronto le raptan a su hijo, y desde ese momento no deja de recalcar lo preocupado que está por él. No importada qué pasaba en la historia, que otra subtrama ocurría, con qué personaje hablaba; siempre terminaba por llevar a tema la preocupación que sentía por su hijo (“oh, mi hijo! Mi hijo ha sido raptado. Dónde está mi hijo?!”). Al punto tal que se convirtió en un cliché, y Brandon ya quería que alguien matara al hijo (o al mismo personaje) lo más pronto posible ^_^.
Todo lo que importó de ese personaje entonces pasó a ser sólo ese tema. Es la diferencia que entre caracterización y caricatura, o “melodrama”; eso de tener una sola emoción cuando aparece un personaje puntual. Realmente debemos evitar que nuestros personajes devengan en caricatura (salvo que escribamos para tiras cómicas, claro).
Les comenta a los alumnos entonces que él supone que saben cómo construir un personaje querible. Por defecto, dice, los escritores tienden a ser buenos en esto. Pero, en cuanto a construir un personaje activo… los nuevos escritores, aclara Brandon, tienden a ser bastante malos. Porque al principio de una historia suelen pensarlo demasiado. Cuando en realidad bastaría con hacerlos activos con alguna tarea en particular que no necesariamente deba estar relacionada con la trama principal.
Si es nerd, por ejemplo, basta con que esté estudiando para un exámen, o que esté tratando desesperadamente de conseguir la figurita que le falta en su colección. No debe ser bueno en eso que esté haciendo, tampoco. Basta con mostrarlo haciendo algo. No está sentado ahí, soñando despierto acerca de que “algún día… quiero hacer esto, o aquello”. Y piensan acerca de algo, y siguen pensando, y siguen pensando… Que hagan algo, nos pide Brandon; no que piensen en hacer algo.
Cuidado con los personajes chatos
Quizá, dice Brandon, han escuchado esa frase de algún lector diciendo que “este personaje se siente chato”. Con esa expresión, lo de ser un personaje “chato”, lo que en realdiad está diciendo el lector es que el personaje sólo le produce o le muestra una emoción. O que sienten que el personaje sólo existe para que la trama avance.
Nosotros queremos —y debemos— hacer personajes redondos. Y una buena —y divertida— forma de hacerlo es creándole peculiaridades al personaje. Detalles que lo hagan sobresalir de alguna forma.
Pregunta entonces a los alumnos si recuerdan algunas peculiaridades de los personajes: “Un chico en la Rueda del tiempo que coleccionaba malas palabras en distintos idiomas”, dice una alumna. Otro menciona a David, de Steelheart (novela de Brandon), “quien es muy malo a la hora de hacer metáforas”.
Con esto mención de David, Brandon cuenta la anécdota de cómo surgió esta peculiaridad: él estaba pensando y construyendo cómo sería la voz del personaje. Y quería que sea única. Porque sentía que la pasión de David era una sola, y eso hacía que fuera chato. Así que escribía y escribía en primera persona desde el punto de vista de David, y llegó a una parte donde el personaje hacía una comparación y le quedó muy mal. Él mismo se dijo “eso está terriblemente escrito”. Pero fue lo suficientemente mala para hacerlo reir. Así que la dejó. Entonces después llegó a otra parte, e hizo otra mala metáfora (lo cual, dice, que es tan difícil —o puede que más, incluso— que hacer una buena metáfora). Por lo que hizo raiz muy naturalmente en el personaje en la medida que escribía más y más desde él, produciendo esa peculiaridad del personaje en el que “ama las buenas metáforas, pero es muy malo haciéndolas él mismo”. Y así le agregó una nueva dimensión al personaje.
Amamos las peculiaridades de los personajes, dice Brandon. Aunque, advierte, no debemos dejar que los definan (particularmente para un personaje principal). Probablemnte no podamos hacer demasiado redondos a los otros personajes, pero para los personajes principales evitemos que las peculiaridades se conviertan mucho en parte de la trama. Porque ninguna peculiaridad es relevante para una trama, simplemente son cosas raras que tiene el personaje: nadie debe encajar en su rol perfectamente.
Para esto hay un truco. Si pensamos a nuestros personajes por su rol (el compañero gracioso, la chica sexy, el mago sabio), cambiémosle a cada uno el rol (el compañero mago, la chica sabia, el mago sexy) como para probar cómo funcionarían en ellos. Y así, en lugar de tener otra historia cliché, tendremos algo más original. Probablemente no nos resuelva todo para saber a dónde vamos, pero nos va a ayudar a abrir la mente y sacarnos de la zona de comfort. Preguntémonos: ¿Que tal si en lugar de este personaje sea el protagonista, fuera este otro?
Y cuidado con que sean definidos por su rol
Porque si hacemos esto, sería muy fácil caer en los estereotipos. Y la historia va a ser aburrida. Para evitarlos, para evitar que los personajes sean sólo funcionales a la tarea que desempeñan en la trama, debemos construirlos como los protagonistas de sus propias historias.
Sino pensemos en Los Pitufos. Está bien que es un dibujito animado, y es divertido; pero funciona para el ejemplo: todos están definidos por su rol. Incluso hay una sola chica que cumple la función de “ser la chica” del grupo.
Y ahora pensemos en Sam, de El señor de los anillos. Todos sabemos que Frodo era quien debía llevar el anillo. Pero Sam era el protagonista y el punto de vista de su propia historia. Entonces Sam no es sólo un rol (no es sólo un “compañero de Frodo”), sino que es una persona. Y vemos las cosas que definen a Sam: le gusta la jardineria, le gusta aquello, le gusta su caballo, es alguien de confiar y sumamente leal; él tiene su propia historia que seguir.
Por ello es importante que siempre veamos a todos los personajes, protagonistas y secundarios, desde este punto de vista.
Todos los personajes son los héroes de sus propias historias.
También debemos evitar la incorporación selectiva (lo que él llama “tokenism”), que aplica para que el grupo sea “diverso”. Usualmente se suele ver esto en las novelas de fantasía épica donde todos los personajes son de distintos países, y termina siendo que todos las personas de ese país son de “tal manera”. Si tenemos este caso podemos forzarnos a nosotros mismos y, por ejemplo, debemos poner a dos del mismo país y ver qué los hace distintos. Así también nos permite hacer personajes —y culturas y países— más redondos, porque mostramos a dos personajes procedientes del mismo lugar que son distintos.
Las debilidades
En su cabeza, Brandon define a las debilidades como las desventajas contra los defectos.
Esto son sus propias definiciones: cuando crea un personaje, lo que Brandon trata de hacer saber cuáles son sus desventajas y cuáles sus defectos.
Entonces el personaje tiene desventajas (el “handicup”), las cuales no son “por su culpa”, y probablemente no puedan ser solucionadas (por ejemplo, el hecho de que Superman no mata; o que un personaje haya nacido sin una mano); y también tiene defectos (como el personaje que es tímido, o egoísta, u orgulloso). Estas cosas pueden no ser su culpa, claro; pero sí son cosas que el personaje tiene poder sobre, por lo que podría —debería, al menos si queremos que crezca— cambiarlas a lo largo de la historia.
¿Y por qué deberíamos darle debilidades?, pregunta. “Porque pueden devenir en personajes odiosos. Pero hay libros de que un personaje no tienen debilidades y, de todas formas, funcionan. Son divertidos. Así que Brandon lo trae a cabo para que lo tengamos en cuenta. Da también el ejemplo de Drizzt (el elfo oscuro de Salvatore) quién no tiene defectos pero si muchas desventajas.
Entonces que tengan debilidades nos hace sentir una conexión con ellos, porque no son perfectos. Son alguien como uno.
¿Y cómo se nos ocurren debilidades? Pues…, depende realmente de qué tipo de historia queremos contar, cuán poderosa queremos que sea la debilidad, y cuáles promesas estamos haciendo al lector.
Grande Nico.
Estás haciendo un gran aporte a la literatura y uno INVALUABLE para quienes nos gusta escribir fantasía épica.
Sanderson es, por lejos, de los mejores escritores del género y, por ende, sus consejos son sagrados (aparte, no hay libros que enseñen a escribir de los otros grandes genios del género).
Aparte, yo sé inglés, y la verdad las clases me resultan difíciles de entender.
Tenerlo traducido al español es FANTÁSTICO.
Un abrazo grande y muchas gracias!!
Gracias, Pablo! Me alegra que sirva. Y sí, coincido plenamente en que lo que Sanderson está haciendo es una cosa de locos, esas de que se van a hablar de acá a muchos años por delante.